📖 Lectura del santo Evangelio según San Juan (13,21-33.36-38)
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:
«En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber a quién se refería. Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a su lado. Simón Pedro le hizo señas y le dijo:
«Pregúntale a quién se refiere».
Él, reclinándose sobre el pecho de Jesús, le dijo:
«Señor, ¿quién es?».
Respondió Jesús:
«Es aquel a quien yo dé este trozo de pan que voy a mojar».
Y mojando el pan, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Tras el bocado, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
«Lo que vas a hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los que estaban a la mesa entendió a qué se refería. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús le decía que comprara lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres.
Judas, después de recibir el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, Jesús dijo:
«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo, y pronto lo glorificará.
Hijos míos, todavía estaré con vosotros un poco de tiempo. Me buscaréis, pero adonde yo voy no podéis venir».
Simón Pedro le preguntó:
«Señor, ¿adónde vas?».
Jesús le respondió:
«Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
«Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
«¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces». 
🔹 Palabra del Señor
✝️ Gloria a ti, Señor Jesús

🔥 Reflexión: “La Lealtad Probada en la Noche” 🔥
Este Evangelio nos sitúa en un momento decisivo: la traición y la negación, dos heridas profundas causadas por quienes estaban más cerca de Jesús. La oscuridad de la noche simboliza la confusión, el miedo y la fragilidad humana. Judas y Pedro, cada uno a su modo, representan la lucha entre el amor fiel y la debilidad del corazón.
Jesús no rechaza ni condena de inmediato, sino que enfrenta el dolor con serenidad y compasión. Él conoce nuestras caídas y, aun así, nos sigue amando y esperando. En estos días santos, este pasaje nos invita a reconocer nuestras propias negaciones y traiciones, y a confiar en la misericordia que siempre nos espera para levantarnos.
Examen de conciencia:
🛑 ¿En qué momentos he traicionado a Jesús con mis actos, palabras o pensamientos?
🛑 ¿Reconozco mi fragilidad como Pedro o persisto en justificar mis errores como Judas?
🛑 ¿Permito que la misericordia de Dios transforme mis caídas en oportunidades de conversión?
Oración:
Señor Jesús, en tu mesa compartiste el pan con amigos y traidores, con fuertes y débiles. Enséñame a ser leal a ti en las pequeñas y grandes pruebas de la vida. Cuando caiga, no permitas que me hunda en la culpa sino que, como Pedro, busque tu mirada para encontrar el perdón y la fuerza de seguirte. Amén.
Desafío:
✅ Hoy, examina tu corazón y pide perdón a Dios por alguna traición o negación. Da un paso concreto para reconciliarte con alguien o hacer un acto de reparación.
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