Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 18-22

En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.

En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza”.

Otro discípulo le dijo: “Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.

🕊️Mi reflexión:

Ahí lo tienes, Jesús nos confronta con nuestras excusas más arraigadas: la seguridad, el hogar, la familia, el deber.

El escriba se acerca con entusiasmo: “Te seguiré donde vayas”. Jesús le corta el impulso: “El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Es como si dijera: ¿de verdad sabes lo que estás diciendo?¿Quieres seguirme… aunque eso signifique no tener estabilidad, casa, éxito, ni certezas humanas?
Y luego, otro discípulo le pide tiempo, un permiso sagrado: enterrar a su padre. Es un acto piadoso, justo, comprensible. Pero Jesús responde con la frase más dura:
“Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.

¿Qué está diciendo Jesús?… te lo cuento:

• Está diciendo que el Reino de Dios no puede esperar.
• ⁠Que seguirlo no es un añadido a la vida, sino una ruptura, una entrega absoluta.
• ⁠Que hay una vida que parece viva, pero está muerta: la que se aferra al pasado, al deber, a los miedos.
• ⁠Y que sólo hay una forma de estar verdaderamente vivo: seguir al que no tiene ni dónde recostar la cabeza, pero tiene el fuego que da vida eterna.

¿Y tú?

• ¿Le sigues mientras puedas tener tus seguridades?
• ⁠¿Le sigues mientras no te pida demasiado?
• ⁠¿Le sigues mientras no te duela el alma?

Jesús no da comodidad. Ofrece Vida. Pero para recibirla, hay que soltar todo lo que parece vida… y en realidad está muerto.

¡Ay qué fácil es decir de nuestra boca: “te amo, Señor”!…

José Manuel