En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”.
Entonces algunos discípulos comentaban entre sí:
“¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? ¿Y eso de “me voy al Padre”?”
Y se preguntaban:
“¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
“¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”?
En verdad, en verdad os digo:
vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre;
vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría”.
📜 Palabra del Señor.
🕊️ Gloria a ti, Señor Jesús.
✨ Reflexión
A veces no entendemos los tiempos de Dios. Hay momentos en los que su presencia parece alejarse, en los que sentimos que no lo vemos, que no lo oímos, que todo se oscurece… como si el cielo guardara silencio. ¿Te ha pasado?
Los discípulos también se sintieron así. Perdidos, sin comprender. “¿Qué significa eso de que no te veremos… y luego sí?” preguntaban confundidos. Y Jesús, con ternura, les anticipa algo clave:
El dolor es real, pero no es eterno. La tristeza no tiene la última palabra.
Jesús no niega el llanto, no esconde el sufrimiento: “vosotros lloraréis”. Pero añade algo que cambia todo:
“vuestra tristeza se convertirá en alegría.”
No dice “será sustituida” o “será olvidada”, sino convertida. El dolor se transforma. Las lágrimas de hoy serán la risa de mañana si te mantienes en el camino de Dios.
Así que si hoy estás en ese “poco” de oscuridad, si no entiendes qué está pasando, no huyas, no desesperes.
Permanece. Espera. Confía.
El Señor volverá a hacerse visible. Volverás a verle. Y te llenará de una alegría que nadie podrá quitarte.
🙏 Oración
Señor Jesús,
cuando siento que no te veo, cuando el alma se inquieta y no entiendo tus tiempos ni tus silencios, dame la fe de los que esperan sin rendirse.
Convierte mi tristeza en alegría, mis dudas en confianza, mi noche en amanecer.
Ayúdame a permanecer, a no soltar tu mano, aunque no la vea.
A recordar que tu promesa es fiel y que todo lo que vivo, si lo vivo contigo, no será en vano, sino transformado.
Amén.
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“vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría”.
“Permanece. Espera. Confía “
Aquí se plantea el problema: la tristeza, el desaliento, la incertidumbre, la desesperanza, el miedo… tantas y tantas sensaciones que te vienen cuando crees que el Señor no está.
Y después tú nos das la solución: permanece, espera y confía.
Son tres palabras mágicas que nos dan luz y esperanza en la oscuridad.
Permanece, no huyas tu vida fuera del Señor no tiene ni tendrá sentido. No mudes no tomes decisiones (decía Santa Teresa)
Espera, se fiel al Señor como Él lo fue contigo en la cruz. Alimenta tu esperanza orando y viendo al Padre dándonos una segunda oportunidad en Cristo, su hijo amado.
Confía, que Dios no te dejará, te tendrá cogido fuerte de su mano y te cogerá aúpa si hace falta. Ejercita tu fe que se alimenta del amor mutuo del Señor y tuyo.
Él te está restaurando en su taller y un trabajo tan importante y maravilloso requiere de su silencio y concentración. Sólo dale TIEMPO.