Evangelio del Día – Martes, 13 de mayo de 2025

📖 Lectura del santo Evangelio según San Juan (10, 22-30)

“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen.”

En aquel tiempo, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del Templo. Era invierno, y Jesús se paseaba por el templo, en el pórtico de Salomón.

Los judíos lo rodearon y le preguntaban:

—¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo claramente.

Jesús les respondió:

—Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí.

Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas.

Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen.

Yo les doy vida eterna: no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.

Yo y el Padre somos uno.

🔹 Palabra del Señor

✝️ Gloria a ti, Señor Jesús

🕊️ Reflexión: “Nadie nos arrebatará de su mano”

Hoy, 13 de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, resuena con fuerza la promesa de Jesús:

“Mis ovejas escuchan mi voz… y nadie las arrebatará de mi mano.”

Este día, estará marcado a nivel particular, por mi consagración, no es casualidad. Es una cita divina. Hoy no solo escucho su voz: me he entregado como oveja confiada a su Corazón, a través de las manos maternales de María.

La Virgen de Fátima, con su mensaje de conversión, oración y penitencia, no vino a añadir miedo, sino a recordarnos que el camino es Cristo, la puerta es Cristo, y la guía más fiel es el amor materno de María, que conduce siempre a Él.

Hoy Jesús me dice y te dice a ti también que te conoce. No solo conoce tu nombre. Conoce tu historia, tus luchas, tus pecados, tu esperanza. Y aún así, te mira con ternura y te dice:

“Nadie te arrebatará de mi mano.”

A veces el invierno del alma parece duro: dudas, frialdad, falta de consuelo. Así como Él caminaba en invierno por el templo, hoy camina contigo y conmigo en este día de gracia. Porque María me ha llevado hasta Él. Porque consagrarte es dejar que María te coloque en la palma de su Hijo y le diga:

“Cuídalo Tú. Es todo Tuyo.”

❤️ Preguntas para el corazón

¿Reconozco la voz del Señor por encima de todas las demás? ¿Le pertenezco verdaderamente o vivo como si fuera mi propio pastor? ¿Confío en que María me conduce con seguridad a Jesús, aunque a veces no entienda el camino?

🕊️ Oración de consagración en el día de la Virgen de Fátima

Oh Jesús, Buen Pastor,

hoy, llevado por tu amor, he cruzado la puerta de tu Corazón a través del Corazón Inmaculado de tu Madre.

Me he consagrado a Ella, como niño que se deja llevar por la mano.

Tómame ahora Tú,

guárdame en tu pecho,

hazme oír tu voz por encima de todo ruido.

No permitas que me arrebaten de tu mano.

No me dejes volver atrás.

Que tu Madre sea mi estrella y mi refugio,

que tu Cruz sea mi guía.

Gracias por llamarme por mi nombre.

Gracias por darme la vida eterna.

Gracias por no rendirte conmigo.

Hoy me entrego…

por entero.

Contigo, por María, hasta el cielo.

Amén.

Luz del Camino – 13 de mayo

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