📖 Lectura del santo Evangelio según San Mateo (26,14-25)
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
«¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?».
Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?».
Él contestó:
«Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar».
Ellos, muy entristecidos, comenzaron a preguntarle uno tras otro:
«¿Soy yo acaso, Señor?».
Él respondió:
«El que ha mojado su mano conmigo en el plato, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
«¿Soy yo acaso, Maestro?».
Él respondió:
«Tú lo has dicho».
🔹 Palabra del Señor
✝️ Gloria a ti, Señor Jesús

🔥 Reflexión: “El precio de una traición” 🔥
Este pasaje nos confronta con uno de los momentos más duros del Evangelio: la traición de Judas. Jesús, sabiendo perfectamente lo que iba a suceder, sigue compartiendo la mesa, el pan y la confianza. A través de este gesto, nos enseña que incluso en medio de la traición, el amor permanece fiel y abierto al perdón.
Judas, cegado por la ambición o la desilusión, pone precio a su Maestro. Este Evangelio nos invita a revisar en nuestra vida diaria cuánto valor damos a las personas y a nuestra relación con Dios. ¿Vendemos nuestra fe por comodidad, por miedo, por conveniencia?
Jesús sigue esperando nuestra sinceridad y nuestra conversión, incluso cuando le fallamos.
Examen de conciencia:
🛑 ¿He permitido que el egoísmo o la ambición guíen mis decisiones, dejando de lado a Dios?
🛑 ¿Soy consciente de las pequeñas “traiciones” que cometo cada día en mi relación con Él y con los demás?
🛑 ¿Reconozco que Jesús siempre me ofrece su misericordia, aun cuando yo le haya dado la espalda?
Oración:
Señor Jesús, tú que conoces el corazón humano, no permitas que me aparte de ti por las tentaciones del mundo. Ayúdame a valorar tu amor sobre cualquier interés material o personal. Que mi lealtad hacia ti se fortalezca cada día, y que cuando caiga, no me quede en la culpa sino que corra a tus brazos de misericordia. Amén.
Desafío:
✅ Hoy, reflexiona en silencio sobre aquellas veces que has puesto tus intereses por encima de tu fe o del bien de otros. Pide perdón y realiza un gesto concreto de reparación, como una limosna, una llamada o un acto de servicio silencioso.
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